No es posible comprender un mito en forma aislada. Solamente al confrontarlo se devela su sentido, Mitos semejantes tienen una estructura común (mitologema) la cual apunta hacia un mito original, el que, a su vez, es producto de hechos que ocurrieron en un pasado remoto pero que fueron distorsionados en la memoria con el tiempo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

EL OJO DE JUYA

Imágen el “Ojo de Dios” Huichol




La danza conocida como YONNA o CHICHA MAYA entre los Wayuu de la Guajira Colombo-Venezolana, representa, según el antropólogo francés Michel Perrín, el enfrentamiento entre PULOWI (deidad femenina terrestre) y JUYAA (deidad masculina que representa al dios de la “lluvia”). El danzante masculino que representa a esta deidad última, porta en su cabeza una especie de corona denominada KARATSU. 
 Dicho KARATSU se compone de una corona, un cuadrado y tres plumas. El cuadrado se denomina JUYO’U y representa a la estrella Arturo de la Osa Mayor. Este cuadrado es llamado por los Wayuu “El ojo de JUYA”. El vocablo O’U se traduce como “ojo” o “hueco” (el hueco por donde sale la lluvia), en lengua Wayuu.













La importancia de este símbolo, es su relación con el mismo símbolo que entre los indios HUICHOLES de México se llama el “Ojo de Dios”, relacionado con los poderes para ver el futuro que tienen los Shamanes. Pero que a su vez está relacionado con el mismo objeto hallado en la ciudad de KARAL en el Perú, considerado el centro religioso que tiene la pirámide más antigua de América (5.000 ap.)

Este hecho constituye una prueba más de la confluencia que tuvieron las culturas mexicanas con las peruanas y las venezolanas en época muy remota.

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